La trampa de hablar antes de actuar

¿Has sentido esto alguna vez?

Estás hablando con un amigo de confianza y le sueltas:

“Me voy a sacar el carnet de coche.”


“Voy a comprarme una casa.”


“Voy a emprender un proyecto.”


“Voy a echarme novia.”


“Voy a perder peso.”

Decirlo te hace sentir bien.


(Demasiado bien)

Tan bien, que parece que ya lo hubieras conseguido… aunque no hayas dado ni un solo paso real.

¿Sabes por qué?

Porque tu cerebro ya ha recibido su dosis de dopamina.


Y esa sensación placentera… es una trampa.

La dopamina sin acción es veneno para tus metas.


Te hace sentir la recompensa antes de haber hecho el trabajo.


Te relaja.


Te aleja de tu meta.

Este fenómeno tiene un nombre: mental masturbation.

¿Cómo evitarlo?

Muy simple:

No hables en privado de tus objetivos, salvo que ya estés en marcha.
Contarlo sin haber empezado te da la falsa sensación de progreso. Y eso mata el impulso inicial.

Ahora bien, hay una excepción.
Y es poderosa.

Hazlo público.
Comprométete delante de todos.

No es lo mismo contárselo a un amigo que subirlo a Instagram.

Esa declaración pública te genera presión.
Hace te aprieta el pecho.
Te pone en marcha.
Te obliga.

De repente, no puedes no hacerlo.
Porque si no cumples… sabes que quedarás como un fraude.

Y esa incomodidad se convierte en tu motor.

Dos normas para usar esto a tu favor:

  1. Cero declaraciones privadas sin acción.
    No te sabotees a ti mismo con dopamina gratis.

  2. Haz declaraciones públicas si necesitas avanzar.
    La presión externa te va a empujar más que la motivación interna.

Hay veces que hay que ser táctico.


Y otras, usar pura fuerza bruta.

Tú decides el modo.
Pero no caigas en la trampa de sentir que ya lo tienes… solo por hablar de ello.

Día que estás fuera, consejo que te pierdes.

Además el día 27 voy a dar una masterclass totalmente gratuita a la que solamente podrás acceder si estás dentro.

Nos vemos ahí