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¿No sabes por dónde empezar?
Dale la vuelta. Piensa dónde no quieres acabar
Cuántas veces no has afrontado un problema porque no sabías por dónde empezar?
A mí me pasa muchísimo. Sabes qué quieres solucionar pero no sabes cuáles son los primeros pasos.
Esto hace que atrases tu tarea y finalmente ni la comiences.
Muchas veces nos obsesionamos con tener todas las respuestas antes de empezar, cuando la mayoría de las respuestas las vamos a conseguir cuando hayamos iniciado el camino.
Una forma de abordar cualquier situación, negocio ó problema en la vida es el pensamiento inverso, popularizado por el empresario Charlie Munger, compañero de negocios de Warren Buffet.
Esto consiste en visualizar el desenlace opuesto al que tú quieres conseguir y descifrar qué pasos te llevarían a que esto sucediera. Y después hacer todo lo contrario.
Es como darle la vuelta a los calcetines antes de ponértelos.
Por ejemplo, si estoy buscando que mi negocio prospere, quizá no se me ocurran demasiadas cosas así de primeras.
Por eso voy a utilizar el pensamiento inverso: ¿Qué tendría que hacer para destrozar mi negocio?
Seguramente tendría que:
1) Entregar los planes de entrenamiento tarde,
2) No responder a las revisiones,
3) Insultar a mis clientes,
4) No ser resolutivo con las dudas que me trasladan,
5) No utilizar las redes sociales para promocionar mis servicios,
6) Nunca conseguir ningún resultado.
¿Ves? Es esto es mucho más fácil de visualizar.
A continuación deberías volver a invertir el pensamiento y hacer exactamente lo contrario a lo que destrozaría el negocio:
1) Entregar los planes de entrenamiento con puntualidad
2) Responder a las revisiones con la mayor atención posible,
3) Tratar a mis clientes con la mayor educación posible,
4) Ser resolutivo con las dudas,
5) Utilizar las redes sociales para promocionar mis servicios y
6) Trabajar duro para conseguir buenos resultados.
Quizá estas soluciones no se hubieran podido ocurrir de primeras, así a botepronto.
Ha sido gracias al pensamiento inverso que las he detectado mucho más fácil y las he podido enumerar.
El pensamiento inverso no te va a dar todas las soluciones, pero te va a poner en marcha. Y te va a ofrecer los primeros pasos accionables.
Una vez des los primeros pasos conseguirás verlo todo con más claridad, interactuar con tu problema, tener feedback e ir obteniendo respuestas.
Así que, cuando no sepas ni por donde empezar:
1) Aplica el pensamiento inverso: Este te ofrecerá las primeras respuestas, los primeros pasos más básicos y fundamentales. Te dará dirección.
2) Empieza a avanzar: no importa que no tengas todas las respuestas. Lo que importa es que la dirección sea la adecuada.
3) Obtén feedback una vez hayas arrancado (aquí obtendrás las respuestas más complejas, los pasos más difíciles y específicos que requieren más reflexión)
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Seguimos trabajando