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No seas un esclavo
Aduéñate de tu tiempo
¿Te acuerdas cuando ibas al colegio y entregabas todos los trabajos el último día? Daba igual tuvieses una semana o un mes, siempre apurabas hasta el último momento.
No te preocupes, no te pasa solo a ti. A mí también me ha pasado siempre. Y no solamente en el colegio, también en el trabajo: he pensado que si pasaba más horas delante del ordenador estaba trabajando más, pero eso no es así, simplemente estaba “llenando el tiempo”.
Esto tiene una explicación: la Ley de Parkinson.
¿Qué es La Ley de Parkinson?
Según esta ley, el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para terminarlo. O más fácil: el tiempo que te cueste hacer algo lo va a determinar la fecha límite que tengas. Si tienes una semana para entregar el proyecto, lo tendrás hecho en una semana. Si te dan un mes, estarás todo el mes para hacer el mismo proyecto, porque procrastinarás o perderás el tiempo en dar mil vueltas a detalles innecesarios.
Ojo: no significa que no estés trabajando lo suficiente. Es posible que estés trabajando de más, metiendo horas en cosas que no van a mejorar el resultado.
Es como cuando vas a entrenar sin un plan: vas a acabar metiendo volumen de entrenamiento basura y fatigándote para nada. No vas a progresar y perderás la oportunidad de ganar masa muscular. (Para evitar ese disgusto descárgate este ebook, aprovecha mucho más el tiempo que pasas en el gimnasio y ponte fuerte de una vez).
¿Cómo te afecta la Ley de Parkison?
Si te pones a trabajar sin límites de tiempo, acabas perdiéndolo. Tu eficacia se diluye hasta límites insospechados. Además, dejas de ver el trabajo como un reto (y como te expliqué en la newsletter de la semana pasada, deja de proporcionarte flujo). Acabas reventado, sí, pero estás fatigado por "volumen basura".
¿Cómo te puede beneficiar tenerla en cuenta y combatirla?
Aumentarás tu eficiencia. Sabiendo que puedes terminar más trabajo en menos horas, no vas a perderlas.
Liberarás tiempo, lo mas valioso que tienes:
Para ser creativo. Podrás tener tiempo para tareas con resultados no tangibles, creativas. Así podrás por fin centrarte en tener ideas, y no solo en ejecutar automáticamente sin pensar.
Para desconectar. Invertirás el tiempo necesario en trabajar, pero no será lo único que hagas en el día. Descansar es una parte esencial del trabajo (pero esto te lo explicaré en otra newsletter).
Para invertir en tus relaciones, en tu bienestar personal, en tus aficiones.
¿Cómo la combato?
Hasta hace un año, mi "plan" era trabajar tantas horas como fuese posible. Y ya.
Ahora trabajo con un sistema de bloques:
Divido las tareas por bloques temáticos: contestar a mails, hacer mesociclos, pasar revisiones...
Cada bloque tiene un límite temporal (máximo 2 horas) o de cantidad (hacer cinco mesociclos).
Tareas que antes no consideraba trabajo también tienen su propio bloque: leer, dar paseos en los que el objetivo es la creatividad (tener nuevas ideas, relacionarlas entre sí, reflexionar…).
Esto me permite trazar nuevos planes, priorizar actividades y aprovechar el tiempo. Sobre todo, me hace ser más eficiente y saber que no estoy perdiendo horas en “volumen basura”.
¿Cómo puedes combatirla?
Lo más importante es ser consciente de que existe, porque si no eres un esclavo.
Prueba el sistema de bloques, establece límites de tiempo para cada uno y verás cómo tu día a día cambia radicalmente. Deja un comentario contándome qué tal.
Seguimos trabajando.